martes, 25 de noviembre de 2008

Agua pestilente...que ya pasó

Se acaba de ir gritando al viento
su 'triste dolor'.

Hoy intentó coger con sus manos,
entre los dedos,
el agua de aquel torrente
que hace días que ya no está,
pasó.

Pasó entre mis pies desolados,
entre las rocas heladas,
entre el musgo profundamente enraizado
de nuestras cicatrices.

Era un agua putrefacta,
nauseabunda, gris ceniza,
y pestilente.

Sabe que me agoté
como la vela de su inocencia
y eso le asusta,
sabe que me volví invencible por fin,
que ya no tiene armas para asediarme
que ya
no soy suya.

Yo le deje salir.
y tras la puerta fue consciente...
de mi transformación,
de su... transformación.

Sabe que en breve,
seré pasado, inerte.
Y que mi voz será rescoldo apagado,
para este frío invierno suyo,
que ya le escarcha la piel.

Sabe que en breve
desmenuzaré sus carnes,
trituraré sus huesos, uno a uno.
Y atareada, hilaré su cabello
sobre una hoja...

y le haré verso.